Nos enfrentamos a una sociedad en la que las transformaciones sociales y tecnológicas se producen con gran celeridad. Estos cambios no van acompasados con el ritmo del sistema educativo, que es mucho más lento.
El libro de metodologías y habilidades docente es un libro muy completo, habla de las escuelas de hoy y de ayer, es una reflexión a través de la mirada de dos profesores que llevan impartiendo clase en un centro varios años, de cómo ha ido evolucionando la escuela, y le dan la bienvenida a un nuevo profesor joven que se va a incorporar al cuerpo docente en los próximos días, le comentan como ha cambiado la escuela desde que ellos empezaron, tratan de darle las nociones básicas de lo que debe saber para ser un gran profesor, y que a estos profesores les hubiera gustado saber cuando comenzaron su andanza.
Comentan que les gustaría saber cómo piensan los jóvenes, ya que de los mayores se conoce, que en la antigüedad está la experiencia, y en los jóvenes se encuentra buena parte de las posibilidades de mejora de la calidad de educación y fortalecimiento de la profesión docente. Argumentan que los profesores enseñan cómo fueron enseñados pero el reto es cambiar eso, y que cada profesor emplee su propio método para enseñar.
Explican el cambio sufrido en el contexto, las transformaciones sociales y tecnológicas que se producen con gran rapidez. Por ejemplo, antiguamente los padres comprendían que la educación comenzaba en casa y se mantenía en la escuela, sin embargo los padres de hoy en día creen que la educación está en manos únicamente de los educadores, y con respecto a las tecnologías evolucionan con tal rapidez que hasta no hace mucho se impartían las clases magistrales y ahora se pueden impartir estando los niños en sus casas a través de los ordenadores. Uno de los grandes problemas de la educación es que se han ido produciendo cambios que no hemos sido capaces de resolver y se han ido dejando apartados, algunos lo han llamado la Tercera Revolución Educativa, como Esteve.
En uno de los apartados del libro, nos habla, que en la mayoría de los estudios han señalado 6 grandes periodos en el desarrollo profesional:
1º Formación inicial
2º Iniciación
3º Estabilización
4º Nuevas preocupaciones
5º Alejamiento o responsabilidad
6º Declive profesional cuando se acerca la edad de jubilación
Nos indica que los docentes para no alejarse del camino que se han marcado, deben tener cierta predisposición y mantenerla ya que conforme van pasando los años, cada vez es más duro mantener viva esa ilusión, esa llama tan viva que se tiene cuando uno comienza a dar clase, para mantener esa ilusión hay que tener un conjunto de aptitudes, como por ejemplo, tener buen humor, ganas por aprender y renovarse, y sobre todo buscar la satisfacción personal, ya que si no están satisfechos con su trabajo, no podrán transmitirles toda su sabiduría a sus alumnos, por ello deben tener un gran equilibrio emocional.
Viene una breve explicación sobre distintos tipo de educadores, el profesor gasolinero, jardinero, cuartelero… pero desde mi punto de vista un buen profesor es el que se clasificaría dentro de todos estos tipos, ya que al tener una parte de cada uno de ellos, sacaría al profesor que necesitase en cada momento, y esto serviría de ayuda para que los alumnos mostrasen interés, entusiasmo, y muchas ganas de aprender, ya que no se aburrirían. También nos da unas indicaciones de lo que el profesor debe y no debe hacer. Así pues, en mi opinión, este libro es un manual, una guía de cómo ser un gran profesor y de cómo deben ir superándose los maestros día a día para no desgastarse, no perder esa ilusión con las que empezaron a dar clase, y por la que decidieron ser maestros.
Como mencioné anteriormente, la cosa más importante que debe cuidar un profesor y un alumno, es la autoestima propia. Es de gran importancia que los dos tengan un equilibrio emocional, sobre todo el profesor ya que a su espalda carga con 25 - 30 niños que dependen de él y que van a aprender todo lo que el profesor diga o haga. Como bien dice el libro, lo que más moviliza al cerebro es el afecto, y, como bien sabemos, o utilizamos nuestra inteligencia o la perdemos, por lo que tenemos que tener ese equilibrio emocional para poder desarrollarla, buscando una vida digna para nosotros y para los demás, como cita el libro, “Atrevernos a rozar y compartir la felicidad”.
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